En el camino encontramos todo tipo de restos, desde toallitas, botellas, de plástico, botas, neumáticos, chapas y hasta un carrito de la compra de supermercado qué devolvimos a la empresa oportuna y que tenía pinta de haber estado ahí durante mucho tiempo. Finalizamos la ruta en un arrollo cercano dónde también pudimos comprobar la presencia de todo tipo de desechos.
El balance fue muy positivo, en tan sólo 2 horas retiramos más de 30 bolsas de residuos. Chicas y chicos, jóvenes, mujeres y mayores todos contribuimos a mejorar este entorno.